“Para golpear con precisión, primero hay que observar con paciencia.”
Esta es la lógica que guía la primera fase de cualquier ciberataque: el reconocimiento.
Antes de enviar un correo de phishing o desplegar malware, el atacante dedica tiempo a entender a su objetivo: cómo funciona la organización, qué tecnologías utiliza, qué personas la integran y dónde podrían estar las debilidades que luego explotará.
¿Qué es el reconocimiento?
El reconocimiento es la recolección sistemática de información sobre una empresa, sus sistemas y sus usuarios.
El propósito no es causar daño inmediato, sino preparar el terreno.
En esta fase, el atacante busca:
- Identificar activos expuestos: dominios, subdominios, direcciones IP, servicios publicados en Internet.
- Mapear la infraestructura tecnológica: servidores de correo, proveedores de nube, tecnologías de desarrollo, versiones de software.
- Analizar la huella digital de los empleados: redes sociales, correos filtrados, patrones de uso.
- Entender la cultura organizacional: lenguaje usado, jerarquías, socios estratégicos.
Con esta información, puede personalizar sus ataques y aumentar las probabilidades de éxito.
Tipos de reconocimiento
🔹 Reconocimiento pasivo (OSINT – Open Source Intelligence)
El atacante recolecta información sin interactuar directamente con el objetivo. Busca no dejar rastro.
Ejemplos:
- Revisar el sitio web corporativo y su código fuente en busca de datos sensibles (emails, directorios, versiones de software).
- Analizar perfiles de LinkedIn para identificar a empleados clave.
- Buscar documentos públicos (PDF, Word) que contengan metadatos reveladores (usuario, versión de software).
- Usar herramientas como Shodan para encontrar dispositivos conectados y mal configurados.
🔹 Reconocimiento activo
Implica interactuar con los sistemas de la víctima, con mayor riesgo de ser detectado.
Ejemplos:
- Escaneo de puertos y servicios con herramientas como Nmap.
- Enumeración de DNS para descubrir subdominios ocultos.
- Fingerprinting de aplicaciones web (qué CMS usan, qué versiones de frameworks están en producción).
Herramientas típicas de reconocimiento
- Google Dorks: búsquedas avanzadas para localizar información sensible en Internet.
- Shodan: buscador de dispositivos conectados (IoT, routers, cámaras, servidores).
- theHarvester: recopila correos, subdominios y nombres de empleados a partir de buscadores y fuentes públicas.
- Maltego: visualiza relaciones entre personas, dominios, IPs y correos.
- Metagoofil: extrae metadatos de documentos indexados en buscadores.
Lo interesante es que muchas de estas herramientas son legítimas y se usan también en auditorías de seguridad y pruebas de penetración (ethical hacking). La diferencia está en la intención del usuario.
Un caso ilustrativo
Imagina que un atacante quiere entrar a una empresa del sector financiero.
- Encuentra en LinkedIn al equipo de TI y detecta que varios usan el título “Administrador de Office 365”.
- Descubre que el dominio corporativo tiene habilitado un servicio de acceso remoto con versiones antiguas.
- Encuentra en un PDF público el nombre de usuario de un gerente en los metadatos.
- En foros clandestinos, halla credenciales filtradas de un empleado.
Con esta información, puede preparar un phishing altamente personalizado (dirigido a ese gerente, con terminología interna real) o probar ataques de fuerza bruta sobre el servicio remoto desactualizado.
Señales de alerta para detectar esta fase
Aunque el reconocimiento pasivo es difícil de detectar, existen indicadores que pueden alertar sobre intentos activos:
- Escaneos de puertos y tráfico inusual desde rangos de IP desconocidos.
- Consultas masivas de DNS sobre subdominios.
- Intentos reiterados de acceso a directorios web ocultos (fuzzing).
- Aumento de menciones a la organización en foros o espacios públicos (detectables con monitoreo de OSINT defensivo).
Cómo protegerse
La defensa comienza con minimizar la superficie de ataque y monitorear los intentos de exploración.
Algunas medidas prácticas:
- Higiene digital: evitar que empleados compartan información sensible en redes sociales.
- Gestión de metadatos: limpiar documentos antes de publicarlos.
- Inventario actualizado de activos expuestos: saber qué servicios están realmente visibles.
- Uso de WAF y firewalls bien configurados para detectar escaneos y bloquear tráfico sospechoso.
- Threat intelligence y monitoreo de OSINT: vigilar filtraciones de credenciales y menciones en la red.
Reflexión final
El reconocimiento es como la fase de espionaje antes de una operación militar. Cuanto más detallada sea la información que el atacante recopile, más efectivo será su ataque posterior.
Para las organizaciones, detectar o interrumpir esta fase temprana es la diferencia entre frustrar un intento de intrusión… o enfrentarse semanas después a un ransomware paralizando sus operaciones.
Próxima entrega – N° 3
Fase 2: Armamento – Cómo se construyen las armas digitales del atacante.
Exploraremos cómo se crean y adaptan las herramientas maliciosas que luego se entregarán a la víctima.